_El momento antes de! (parte 2 de 2)

Aunque dolorido, puedo moverme con normalidad. 

Varios tornillos asoman a través de la piel que rodea mis rodillas. Supongo que el precio a pagar por hacer algo que… no recuerdo. Joder. 

Por más que lo intento, no lo consigo. Supongo que vendrá, en cuanto suprima los antibióticos, antiinflamatorios y otros fármacos que debo tomar. 

Ha pasado un año. Ya hago vida normal, aunque no consigo recordar del todo. Bueno, más o menos. Me vienen cosas… pero no sé. Todo es confuso. 

Hace poco me di cuenta de que tenía un sobre cerrado y una caja de madera sobre la cómoda, en mi habitación. La caja estaba llena de cigarros puros y tenía una nota de agradecimiento: 

“Para Raúl. Por entenderme, corregirme y enseñarme.”

Hay que joderse. Ni puta idea. 

En el sobre hay un certificado de defunción. No tiene foto, aunque daría igual, porque es una fotocopia, de fotocopia, de fotocopia… ni siquiera se lee bien el nombre… Ojalá recordara quién me lo dio. Supongo que ya es tarde, de todas formas.

Creo que… voy a tomar una copa para aclararme un poco.

Mi nombre es Raúl Ramírez…

_alcaloid

Ten cuidado con lo que deseas estando borracho. Puede ser lo que otra persona desea estando sobria.

 

#Bed tales Three: La marea.

Me dices algo al oído mientras avanzamos hacia la puerta de una especie de terraza, o balcón, o quizá sea la calle y yo estoy demasiado centrado en intentar escucharte. La puerta es estrecha. 

Tenemos que juntarnos mucho para pasar por ella a la vez. Más, más. Cada vez estás más cerca, y yo con la cabeza agachada para que no tengas que ponerte tan de puntillas. Y cada vez nuestras bocas más juntas.

Nos besamos, y tras un instante sale de mi boca un: “qué significa esto?”. Me cuesta creer que he sido yo el que lo he dicho. Y tu me dices que significa lo que significa, y decidimos ir a mil conciertos y obras de teatro. 

Y vas a aparcar tu coche, lo cual es curioso, porque tú no tienes coche. Y veo desde la acera como te subes a ella con una rueda, y luego el coche cae, y lo jodes entero por el lado que veo. 

Un segundo y apareces a mi lado, y no puedo si no hacer una crítica constructiva sobre cómo aparcar. Me espetas un: “Pero de qué hablas?” Mientras señalas tu monovolumen gris perfectamente alineado con la acera al otro lado de la calle. 

Me he equivocado de coche, después de todo. 

Mientras me miras y pienso en los quebraderos de cabeza que va a traer esto, y recuerdo que no eres de las que dan la mano, veo al fondo una isla pequeñita muy, muy cerca de  un acantilado. Cuando sube la marea, la gente se tira al agua, que queda prácticamente a la altura de la tierra, y nada unos metros hasta la isla, en la que se sitúa un pequeño bar. Cuando esto no es posible, los turistas usan un puente de cuerda y madera que ahora mismo está recogido en uno de los lados. 

¿Porqué iba a tener que darte la mano?

_Dos (parte 7 de 7)

Al final reside en cada uno de nosotros la capacidad de cribar los estímulos entrantes y elegir.

Mantenerse al margen de la influencia del grupo, no obstante, no siempre es fácil. En todo contexto social hay un chivo expiatorio que carga con la mierda que los demás temen demasiado como para intentar entender.

Es plenamente necesario. Como necesario es tener una vía de escape, un reducto donde volcar desde ideas, hasta orgasmos imaginativos, y porqué negarlo, mierda pura muchas veces, para no retenerla en la cabeza indefinidamente, con el consecuente riesgo de que todo explote.

Y eso es NoSonHoras… Que justo HOY hace 2 años que fue desvirgado, a esta hora más o menos.

_Dos (parte 6 de 7)

Y encima, no nos arrepentimos.

Más nos valdría a veces no cuestionar tanto todo. Cada puta cosa que se dice o se hace. Cada gesto. Teñimos nuestra necesidad de apoyo con una falsa independencia y fortaleza. Y encima, crispamos inconscientemente a aquellos a nuestro alrededor.

Por desgracia, y recapitulando, tan cierto es todo esto como todo lo contrario.

Al final reside en cada uno de nosotros la capacidad de cribar los estímulos entrantes y elegir.

_Dos (parte 5 de 7)

Cada error debería ser completamente nuevo, pero nos estancamos en nuestro propio conocimiento del medio.

Quizá sea la esperanza de no equivocarnos esta vez la que nos empuja. Quizá sea nuestra estupidez profunda, y nuestra obcecación por no hacer ni puto caso a los avisos que nos da el contexto de la situación.

Y encima, no nos arrepentimos.

_Dos (parte 4 de 7)

Aprender es sin duda alguna, un sitio donde apoyarse cuando las cosas se tuercen.

En tu experiencia. Esa única e irrefutable auto demostración de que lo que has vivido es cierto. Un tesoro de incalculable valor, tu única referencia real, tu guía.

Aunque a la hora de la verdad… no sea más que un puñado de folios manuscritos cubiertos de polvo en un tocador enmohecido. ¿Quién en su sano juicio iba a joderla reiteradas veces, si se basara en su experiencia?

Cada error debería ser completamente nuevo, pero nos estancamos en nuestro propio conocimiento del medio.

_Dos (parte 3 de 7)

Mucho se va a perder en el camino.

Y otro mucho, se va a encontrar. Y ese balance, dado que no cuadra, podrá ser negativo, pero también positivo.

Una cosa es clara, al menos para mí. Si consideramos nuestras mentes como algo interno, y el resto de nuestra circunstancia como algo externo, toda pérdida externa supone una ganancia interna. Y muchas veces, viceversa.

Aprender es sin duda alguna, un sitio donde apoyarse cuando las cosas se tuercen.

_Dos (parte 2 de 7)

Han cambiado cosas.

Algunas, para mal. Otras para una tercera opción lateral no definida entre la bondad y la maldad. Otras para bien, supongo, sí. Otras para bien.

Estos cambios generan pérdidas y ganancias, y como muchos sabréis, el balance final NUNCA cuadra. Al menos no a corto plazo. Pero… claro, quién está pensando en dentro de 5 años, o 5 meses, o 5 minutos. No en cosas concretas, si no en general.

Mucho se va a perder en el camino.

_Dos (parte 1 de 7)

Son cosas que vienen de golpe, no se perciben antes, no se puede anticipar una acción suicida, por demostrarte a ti mismo que puedes combatirlas.

Te das cuenta, y ya está. Se acabó. Todas las veces que te preguntaste: “Cómo será la situación. En qué contexto.” Y al final, casi un año después, ocurre, y ni siquiera te obliga nadie a mirarle a la cara.

Y cómo iba a ser así, si eres el único que aún huyes de tus propios pensamientos. Y sueñas que se te derriten los ojos, y que te intentan ahogar tus seres queridos, y toda esa mierda.

Han cambiado cosas.