_Micros 4

Un cilicio no es más que un trigger físico. Un tótem. La verdadera pesadumbre está siempre en nuestra jodida cabeza, al acecho. Y es peor que cualquier tortura física imaginable.

Solos. Siempre.

_Micros

Trabajar en Canary Wharf es como tocar techo y fondo al mismo tiempo.

El ser humano ha llegado a donde está por tener la cabeza fría cuando era necesario, no por gozar de pulgares oponibles ni de conciencia.

_Floods

Mi cuarto se inunda. El agua sale a presión del techo. Estoy intentando evitarlo con un vaso de cubata, sin éxito, como es de esperar.

 

En la pared se proyectan luces sobre un código que no entiendo en absoluto.

 

Siempre pensé que el fuego era lo que marcaba el final de todo.

_Roble quemado

No hay nada de gracioso en todo esto. Nada de broma. Todo es muy serio. Desde ayer.

Todo tiene perfecto sentido. O no. No importa.

Contacto. Hay contacto. Me gusta el contacto. Tengo contacto. No poseo NADA en este país.

Mentira. Tengo una bicicleta.

Desconozco al género humano. Por completo. No puedo ser más aleatorio en cómo percibo a la gente.

Oscilo. Oscilo siempre antes de dormir. SIEMPRE.

No recuerdo una vez en la que me haya sentido tan bien.

 

_Impresiones

Una vez, una mujer que acababa de conocer me dijo en un aeropuerto, mientras fumábamos juntos a merced del frío viento de febrero, que lo bueno de viajar sólo, es que te conoces a tí mismo. Si bien no le faltaba parte de razón, el hacer viajes sólo es como un pequeño simulacro: No estás llegando al quid de la cuestión.

En un momento dado puedes sorprenderte a tí mismo con gestos que la rutina había embotado, pero nada más. Quiero decir, el viaje más largo e interminable que he hecho en mi vida fue hace un par de meses, un periplo insufrible de unas 36 horas en las que debía permanecer despierto para evitar que me robaran, dormí en el suelo de dos aeropuertos y en un tren. Aquello no me dejó aprender nada. Sólo elevó un poco el umbral de las chorradas que puedo aguantar sin mandarlo todo a la mierda.

Pero ahora, en Londres, todo es diferente. Quitando los primeros días y momentos puntuales, hasta ahora, que las relaciones con la gente con la que convivo se están avivando, he estado completamente sólo. He ido a clase sólo, a la compra sólo, a ver sitios sólo. He visto cine yo sólo, y he tenido decenas de horas de silencio para aburrirme y pensar.

He aprendido más sobre mí mismo en 2 semanas que en 24 años.

Es bastante acojonante encajar cosas sobre una persona que no conocías pero que resultas ser tú. Me inquieta, pero es lo que hay.

Poco más nos queda.