Cuando prácticamente todo es falso, me pregunto qué queda ahí fuera si no saltar al río de la opinión ajena y dejarse arrastrar por la amalgama de gilipolleces que inunda todo.

Las actrices no dejan de actuar ni un sólo segundo.

Quizá sea momento de aparcar las copas y simplemente observar, aprender a apreciar el tedio divertido y ver cómo se convierte en una ansiedad muy muy jodida, dándote cuenta de que no tienes la paciencia ni la preparación para entender al prójimo. Y sobre todo, no tienes las ganas.

Me pregunto si es posible convertirse en el punto de corte de una tangente con la bola de mierda que es la vida Hoy empleando para ello sólo un compás, un lápiz 2B y una apatía en apogeo máximo.