Cuelgo el teléfono. No me gusta que esto sea así, pero tu y yo sabemos que la vida saca la mierda a flote y hay que echarle huevos para seguir adelante.
No pasan ni dos minutos y el cielo comienza a llorar, como si supiera que no es momento para andar con sonrisitas ni con bromas que no conducen a nada si no a recordar los problemas que nos quitan el sueño. Porque para qué mentir, nos quitan el sueño.
Cada vez llueve más, y se hace más patente un estado de alta impedancia, de incómoda impotencia y de… siempre pongo 3 sensaciones distintas, que le den por el culo por esta vez a la tercera.
Ya no se si quiero que acabe el curso, o el día, o que empiece el verano, o que acabe o que BCN esté a 20 paradas de metro como mucho, o si todo lo anterior, porque llega un punto, en el que te das cuenta de lo que de verdad te llena y llega otro punto, en el que, enagenado por completo, te vuelves estúpido y disparas contra lo que quieres, ¿ porqué ? No creo que haya un motivo, ser gilipollas es una dolencia bastante común y bastante espontánea.
No se trata de cantidades ingentes de dinero, ni de contar minutos, ni de cuentas atrás de días, ni de ostias de este pelo, se trata de un puñado de kilómetros. Mira, quizá tengamos aquí la causa. Sería bastante lógico por otro lado.
Una pandilla de ineptos dijo alguna vez, que quien bien te quiere te hara daño, o algo así. Si bien es cierto, no sigue siendo más que un motivo para arrepentirse de la frase en sí. Debería dejar de leer mierda que me devora el cerebro.
Sigue lloviendo.
Y lloverá hasta que todo vuelva a ser… ¿ normal ? Al menos el mundo sería justo si así fuera. Me temo que en tal caso pronto saldrá el sol para hacer que os sintáis peor.
Efectivamente.
Pero al menos ahora, sigue lloviendo. ¿ alentador ? ¿ escalofriante ?