Ese era el jodido problema.
Habíamos perdido toda capacidad para sentir. Todo se basaba en “el porqué”. En los motivos. Éramos incapaces de dar la mínima explicación de algo con una mirada, con un suspiro, o con un puto toque en el hombro.
Nos hundimos en la mierda. Durante años, ellos seguirán intentando entender el porqué. No entienden que si miras muy de cerca, todo son impulsos primarios. No lo entienden, porque para intentar entenderlo usan palabras, y no sentimientos.
Palabras, una puta visualización vacía de lo que nos pasa por la cabeza. Como cojones vas a entender esto, si no estás escuchando Mono a todo volumen como yo, llenándote la puta cabeza de la angustia más increíble.
GRÍTAME AL OÍDO TODO LO QUE PIENSES, INTENTA METÉRMELO DENTRO. HAZME VOLVER A QUERER EMPLEAR MI TIEMPO PARA ALGO QUE NOS ATAÑA. OLVIDA LO QUE FUÍ. NO SE TE OCURRA INTERRUMPIR UNO DE MIS NIRVANAS mentales… no te pido que lo entiendas. Sólo que lo respetes.