Mi cerebro hace ya un tiempo que dijo basta por hoy. Y al día siguiente, dijo: basta por hoy.
Ignorarlo no se si ha sido una solución o un (teléfono) acelerante.
Intento buscar un motivo por el que sentirme así, sin ganas, cansado, sólo quiero hacer cosas que me llenen de verdad. Las obligaciones han quedado relegadas a un segundo plano, porque no me gusta nada lo que me veo obligado a hacer día tras día. Y solo descuento segundos para que llegue la tarde o mañana, y pueda inmiscuirme en mis abstractos asuntos.
La vida son prioridades frustradas y crispación por poder hacer poco o nada más que alargar el dolor.
Porque aunque disfrute cada instante de lo que de verdad AMO, el solo hecho de verme obligado a estudiar y aprender cosas totalmente opuestas a mi e inservibles me hunde.
Nunca es tarde. Y qué hago yo aquí.
Necesito un cambio.
Jean Paul Sartre dijo:
“Felicidad no es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hace.”
Sé fiel a tu carácter. Mantén siempre tus prioridades y nunca hagas nada por obligación. Haz todo lo que quieras hacer, y solo entonces, te apetecerá estudiar y salvar el culo.
Quizás, en ese momento, hayas pasado el punto de no retorno, pero quizás no.
El punto de no retorno es distinto para cada cual. ¿ no crees, H ?
No solo es distinto para cada cual, sino que es distinto para cada situación.
Pero en el fondo da lo mismo. Solo estarás seguro cuando te cuenten el final de la historia.
Un saludo.
Cosa que espero que no ocurra bajo ningún concepto.