_Stockholm C (Sverige 1 de 3)

En los albores de un más que seguro fin del mundo tal y como lo conocemos, los locos que cantan ópera por la calle y amenazan con bolsas de supermercado a los viandantes, son los únicos que están preparados. 

Realmente no sé para qué, pero lo cierto es que nadie alrededor parece ver el mundo a su manera. Así que por eso, deposito en ellos mi confianza. Tienen información autoproducida. Es técnicamente imposible demostrar que esa información sea falsa. 

En fin. 

Riamos, mientras ella deja a las sopranos de mayor caché a la altura de la mierda.

Avanza el frío y se detiene el tiempo también, aunque solo a veces, cuando uno anda por Estocolmo. Con la cara tan fría que los músculos de la misma se bloquean al final de su recorrido. Muecas absurdas de turistas no menos absurdos.

Hay gente que no cae en la cuenta de la libertad adicional de la que se es poseedor al estar completamente solo, en una ciudad extranjera, helándose de frío. No conoces a nadie en esa ciudad. No conoces a nadie. Nadie te conoce.

A ratos, cuando no hay edificios increíbles que fotografiar, intento recordar para siempre las caras de mujeres con las que me casaría en ese mismo momento, o de imponentes hombres que caminan con porte elegante hacia o desde sus virginales lugares de trabajo escandinavos. 

Desisto.

Una vez en un aeropuerto, alguien bastante más sabia que yo me dijo el verdadero secreto de viajar: Disfruta como si fuera el último, imagina que es tan solo el primero. Que la deidad a la que rinda culto la tenga en su eterna gloria.

Sigo andando por Gamla Stan. Cada recodo esconde una sorpresa, cada cantón merece un lugar en tu memoria. Cada Guarda Real del Kunglinga Slottet merece un monumento a la resistencia humana por estar durante horas aguantando rachas de viento que arrastran temperaturas bajo cero, y fotos de turistas de todos los rincones del mundo.

Por algún motivo atraigo las miradas de las jóvenes ’emo’ que arrasan con todo en los innumerables ‘H&M’. Deben de haberme confundido con otra persona. O no.

Drottninggatan parece no acabarse nunca ante mis ojos. Puedes comprar 30 libros de segunda mano o cortarte el pelo. Ambas cosas por el mismo precio. 

Es decir, unos 30 euros. Si eres mujer puedes pedir un crédito, supongo.

Vill du gå ut?

No he usado esta frase. Bueno, casi, pero al final entraron en razón y nos pagaron la cerveza derramada.

Hay cosas que no cambian aunque te vayas al puto olvido. Es una especie de idioma universal.

Hasta hace una semana, en Norra Bamtorget estaba prohibido beber alcohol. Jag tycker an at prata meg dig.

Otra cosa es que no me quieras contestar.

 

(Este texto es el primero de tres, que en conjunto, son el producto de una semana de inspiración sueca. Y de otras cosas)

_Pequeños infiernos

Kate mira desde la distancia. 

Bueno, en realidad no está tan lejos, es más una distancia psicológica. Como su… problema. Psicológico. De la cabeza, del coco. Algo no va bien ahí arriba. No está bien. Se retuerce, se intenta hacer un hueco desplazando paulatinamente su materia gris. Lo nota, lo nota crecer. 

Esto lo sabe porque cuando más grande es esa mierda en su cabeza, más le cuesta todo. Más le cuesta levantarse, más le cuesta llevarse la comida a la boca, más le cuesta beber agua. Beber otras cosas no le cuesta. Más le cuesta hacer las cosas que antes le gustaban. 

Kate a veces siente nostalgia de esas cosas. Cada vez menos veces, la verdad. Últimamente apenas nada. Eso no le gusta. A Kate, quiero decir. Lo de echar de menos las cosas tan bonitas con las que antes tanto disfrutaba.

Qué si no.

Mira desde la distancia. Justo encima de su escritorio. 

Tan lejos…

Kate antes no fumaba, ahora sí. Fumar rellena ratos muertos, y tiñe todo con una desesperación que se sube por las paredes en espirales de humo azulado. Kate no sabe fumar demasiado bien, y el cargado aire a su alrededor le ayuda siempre con sus cigarros. Hasta el filtro. 

Son muchas, muchas cosas. Las cosas que la están jodiendo. Se pregunta porqué. Qué ha hecho mal. Tiene trabajo. Tiene un pisito de 30 metros, ideal para una persona sola. Lo pagó hace tiempo con una deuda que acabó cobrando tras ganar aquel puto juicio interminable. Tiene coche. Uno de esos híbridos que apenas contaminan. Siempre impecable. 

Todas esas cosas no son, lógicamente, las que la preocupan. No puede más. 

En serio, no puede más, no me lo estoy inventando.

La gente le miente. Se enfadan con ella injustamente. No se lo explica. Cuál es el jodido problema, si yo no me meto con nadie. Eso piensa Kate. 

La distancia cada vez se hace más pequeña. 

Los vecinos parecen desconfiar de ella. Pero si yo no me meto con nadie. Repiensa Kate. 

Se tortura además. No se puede quitar de la cabeza la idea de que todo su dolor, es egoísta. Porque hay gente sufriendo en el mundo, y bla bla bla. 

Pero eso se va a acabar. Lo digo en serio, no me lo estoy inventando. 

La ‘Five Seven’ que brilla desde la mesa, a un palmo de distancia de sus ojos, lo confirma. La cajita con munición de punta hueca al lado de la pistola, también lo confirma. Y su determinación de acabar con todo, lo corrobora.

Ha sido un año, 2 meses, y 14 días, desde que recuerda que todo empezó a torcerse. Ya no queda nada que la impulse a moverse. 

Eso piensa Kate. 

Y yo sé que eso es lo que piensa Kate. Piensa en eso, y en lo fácil que fue encontrar un arma limpia en el mercado negro de la ciudad. En cuestión de un par de semanas, ya la tenía en su casa. 

Lo que no le dijeron, es que las pistolas se cargan con agallas, pero yo también sabía que eso no iba a ser un problema para Kate. Nunca lo fue. Siempre acababa consiguiendo lo que quería, al menos cuando era alguien que tenía alguna meta más aparte de acabar con todo pegándose un tiro en la cara. 

Como cuando se propuso arruinar mi vida con sus estupideces. Como cuando se propuso apartarme de mis amigos, y de mi familia. Como cuando pensó que sería buena idea conseguir que me hundiera hasta el punto de tener que ser ingresado en una institución mental.

Ahora te jodes, puta. 

Ahora me toca a mí. 

Es más de un año lo que llevo monitorizando sus movimientos desde el piso de al lado. Con cámaras. Con micrófonos. Nunca lo supo. Y nunca lo sabrá. Ella se pegará un tiro. Yo limpiaré su casa, como cuando entré tras pagarle a un yonki por robarle el bolso con las llaves. Después desapareceré. Y empezaré mi nueva vida libre de mierda, como si nada de esto hubiera pasado. Aunque mis risitas entre sueños, me delatarán por siempre. Consumaré mi venganza. 

Me jodiste mi vida. Ahora he hecho que te jodas a ti misma. No ha sido demasiado dificil. Por casualidad conozco a tus compañeros de trabajo. Por casualidad confían más en mí que en ti. Aprendí mucho sobre empatía y sobre gilipolleces relacionadas con las relaciones sociales en mis terapias. También me di cuenta de que todo era por tu culpa. Por casualidad piensan que eres despreciable, como yo. 

Benditas casualidades provocadas. 

Kate agarra el arma con decisión. No puedo evitarlo y sonrío. Hasta nunca, zorra asquerosa.

Carga la pistola, la empuña. Y entonces, todo se acaba. 

Oigo el disparo al otro lado de la pared. Pero no se estaba apuntando en la cabeza. No sé si se le ha disparado el arma por error. Maldita sea. Eres inútil hasta para matarte.

Noto cierta humedad cálida brotando en mi estómago. Miro y toco mi camiseta negra. Mi mano está empapada de sangre. Cada vez más sangre. No entiendo. 

Empiezo a sentir un dolor inhumano. Recorre todo mi cuerpo devorando la adrenalina que no me ha dejado notar como la bala entraba en mis entrañas, después de atravesar la pared. No entiendo. 

Miro la pantalla, estupefacto. Entiendo.

Kate está mirandome fíjamente, a través de la cámara  que coloqué en la lámpara de su habitación. Empiezo a sentir mucho frío, mientras el suelo se tiñe de impotencia carmesí. 

-Ahora te jodes tú, hijo de puta. Puto desequilibrado psicópata.

No creo que pueda seguir relatando la situación mucho más. Siento como se me escapa la vads kjpfjhjsadddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddd

_Bofetadas

-Pretender que no ha pasado nada, es un poco puta mierda. No, no es eso, lo que yo hago, quiero decir. O igual sí. No importa una mierda. En cambio, ver como nunca le importaste lo más mínimo a alguien que te usó para su único y exclusivo beneficio, incluso X tiempo después, sí importa. 

-Aunque eso tampoco significa que haya que tomar medidas de ningún tipo.

-Sólo me apetecía mencionarlo para que quede constancia. Nada más. No voy a hacer nada. ¿Para qué?

-Ah, no sé. A veces lo haces. 

-Ya, a veces lo hago. ¿Me llenas el vaso?

-Claro. 

-Da igual de todas formas. 

-Ya lo creo. ¿Qué hacemos luego?

-Nada. Qué vamos a hacer.

_Yaali

Reflejada en la clara agua del río, la frente de Yaali parece mucho más grande de lo que es en realidad. En verdad no, en verdad su tamaño varía a merced de las ondas creadas por los insignificantes cambios en el flujo del agua, y por los cantos rodados del fondo.

La orilla también está cubierta por cantos rodados. En la época de lluvias, también el lugar en el que se encuentra ahora está cubierto por completo por la espumosa corriente de agua de la montaña. Pero ahora, en otoño, no ha llovido aún lo suficiente como para apreciar realmente la diferencia. 

Acuclillada contempla absorta su cambiante rostro. En la pantalla acuática de no más de 15 centímetros de profundidad que pasa rauda ante ella, se ve como una actriz incomprendida. Se ve a sí misma, si, pero no acaba de entender lo que ve por completo. Nota que está pasando algo por alto, una insignificancia que probablemente determine el resto del conjunto. Pero no consigue verlo. Mira, mira, hasta que se le desenfoca la vista y no tiene más remedio que parpadear y despertar de su absorción solitaria. 

Levanta la cabeza. Árboles centenarios custodian la otra orilla del río, literalmente colgando sobre el cauce, incluso acariciando la corriente con sus ramas más largas, como quien disfruta del movimiento de una barca que navega por un mar tranquilo. Con la mano colgando por la borda, y probablemente muchas cosas bonitas en la cabeza.

Pero Yaali duda que los árboles puedan pensar en cosas bonitas. Es más, ya olvidó todo lo que su abuelo le explicó de pequeña, sobre los árboles que hablaban a las personas y les transmitían su sabiduría centenaria, como un legado familiar, que no siempre era bueno, pero al fin y al cabo, era conocimiento. Y si no lo olvidó, no se cree una mierda de todo eso. Porque está cansada, realmente cansada. 

No entiende. 

Su inocencia la perdió hace ya tiempo, y probablemente esté ya en el ancho mar, arrastrada irremediablemente por el río. 

No entiende porqué no es ella la que más deba disfrutar de su vida. No entiende porqué no puede hacer lo que crea conveniente dentro de su supuesta libertad. No lo entiende, y le duele. Le duele pensar que en esta Vida, ni siquiera vaya a ser consciente de su propia Muerte hasta que esté demasiado cerca. 

Con determinación, saca la navaja de su abuelo. Sumerge un brazo en el agua. Hiende la hoja en la carne, medio centímetro. Un amago de color rojo brota a los lados del acero. Y desliza la cuchilla hasta la mitad del antebrazo. Y observa. Observa su vida, y le dice adiós. Mientras un olor a cobre impregna cada canto rodado del río. Mientras dos lagrimones salados despiertan en sus ojos y concluyen en la comisura de una sonrisa repentina. Porque por fin, ha retomado el control. 

Y se despide. Se despide de su Vida. Y al menos sabe, que es Ella despidiendose de Su Vida. E inclinándose ante su Muerte. 

Y no de cualquier otra forma.

_A.D.U.A.

No sé porqué voy a escribir lo que voy a escribir a continuación. Bueno, lo intuyo. Aburrimiento. Y porque es curioso, que ostias.

En fin, situación: Chica conoce chico en fiestas de BIlbao. Chica gusta chico, chico gusta chica. Follaron, sudaron y aplaudieron después. Todo era muy extraño.

Mes y pico después a la chica le salen unas ronchas, no sólo por la zona genital, si no por el cuerpo. Con evidente preocupación, acude al médico. La conversación pudo ser algo tal que así:

-Buenos días.

-Hola (nombredemujer). ¿Qué tal?

-Pues hombre, no muy bien.

-Cuéntame.

-Pues verá, me han salido una serie de erupciones por el cuerpo…

-Vamos a ver, desnúdate, por favor.

*Exámen médico carente de interés y morbo*

-¿Y bien? ¿Tiene usted alguna idea de…

-Vamos a ver. ¿Puedo saber qué es lo que has estado haciendo?

-¿Cómo? Pues no sé, no sé, no he hecho nada raro…

-(nombredemujer), que sepas que tu enfermedad, la contraen personas que… practican sexo con cadáveres.

– Oh Dios santo. Le aseguro que yo… Oh cielos, sólo el pensarlo.

Ella se pone de color amarillo. El médico intuye que no se ha tirado ningún muerto.

– ¿Has tenido alguna relación sexual últimamente?

-Pues… yo… la última vez fué con un chico que conocí en fiestas de Bilbao… yo…

*Falta escena*

La cosa es, que denunció al tipo. No sé exactamente alegando qué, pero encontraron un cadaver en casa del sujeto en cuestión. Ahh… Me encanta saber que nunca dejaré de sorprenderme.

Esto se supone que le ha pasado a una amiga de una amiga de una amiga.

Cada cual que juzgue, a mí no me inquieta más o menos saber que eso pueda ser verdad.

_my two hundred

Ahh…

(respiración, respiración, respiración, quéfríotengo…)

Porqué hacemos lo que hacemos. Cual, es en esencia, el objetivo primero y último de toda acción. De toda mirada. De todo gesto. De toda colonia impregnada con suma delicadeza en el cuerpo de otra persona. 

-Te lo estás pensando mucho. Si no quieres decir el porqué, no lo di…-te interrumpo de forma totalmente merecida. No quieres ser insolente conmigo. Y aún así, no puedes evitarlo. Pero da igual, porque me encanta.

-El porqué es…

Y es que… solemos tener razón. Llámalo karma, llámalo como te salga de los cojones. Llámalo casualidad, o llámalo putada, por no haber llegado medio año antes, o 2 años antes. O simplemente por haber llegado. Justo ahora que pensabas que eras tan capaz, tan capaz… justo ahora una mano te tiende alcohol sin darle importancia. Y ahí empieza todo, así de simple. Ni siquiera has tenido la oportunidad de expresarte en un entorno controlado, ni falta que hace por el momento, y ya estás otra vez en las mismas. 

Claro, piensas. Todo sería mucho más sencillo si no pensaras tanto. Te piensas mucho las cosas. Pones cada uno de tus sentidos y todo tu esfuerzo en intentar abordar la situación con la mayor preparación previa posible, no con la idea de crear algo artificial, (no esta vez) si no de que nada falle. Antes esto… bien, digamos que era una posibilidad, y muchas veces era lo que lo jodía todo. Pero esta vez… esta vez es diferente. 

-…que me gustas, pero… 

Porque esta vez, hay un pero. Lo hay. Está ahí, mirándote con cara de hijo de puta, y no piensa perdonarte ni un error. Si manipulas el Medio, lo va a saber, y te va a joder, y paradójicamente, joderte va a ser la forma de que no te jodas, de que no os jodas, de que no jodas todo de arriba abajo y después le prendas fuego. Si bien no has sido tu siempre el que ha arrojado un mechero encendido al esfuerzo común acumulado…

Por una vez. Por una puta vez, estás barajando algo que no habías siquiera intuído con anterioridad. Pero se hunde, se hunde en tu mierda porque sigues siendo tan inquieto como siempre. Te gusta jugar duro tus cartas, aunque hasta ahora… parece que nadie más jugaba contigo. Sólo te miraban entusiasmados y usaban tu propio entusiasmo para alimentar la mentira. Y nada más, ni mucho menos. Otras veces también te han disparado por la espalda. Y tú también has apuñalado a traición. Pero ahora, ahora estás realmente perdido. 

No es ese tipo de juego al que jugabas. 

-…no sé…

Porque ahora, parece ser que enfrente tienes a alguien que siempre ve tus apuestas. Siempre cuestiona tus faroles. Siempre cree saber en lo que estás pensando, y no te tiene ningún miedo. No tiene porqué mentirte, no tiene porqué hacerte el menor caso. 

Y tú, te has visto desbordado. Por primera vez en… tantos años… Has visto como el problema no era acabar la frase del otro. Si no empezarla. El final de una frase tiene una cantidad de combinaciones finita. Será grande, o no, pero ahí está, dentro de la coherencia y la cohesión. Pero la siguiente frase, es algo totalmente aleatorio, totalmente impredecible. Empiézala. Y espera a que te nieguen, y niega tú. 

-…qué cojones quiero. No lo sé, porque curiosamente, pensaba que sí. Pero de golpe… esto. Tú. Ni más ni menos.  

Qué demonios. Te quedaste como Dios en ese momento, ¿lo recuerdas?. Joder, le echaste huevos. Y alguien a tu lado, demostró desbordar inteligencia y madurez. 

Aunque también pudiste percibir el Miedo. El mismo que tienes tú otra vez. Miedo… no sé si es correcto llamarlo así. En realidad, eres perfectamente capaz de pasar esto por alto. Pero tu puta manía incorregible de aprovechar cada jodida oportunidad que se presenta para no tener que arrepentirte en un futuro, te empuja a poner de tu parte. Y te sientes como un puto enfermo, pugnando a ciegas por algo que ni siquiera sabes si es el fruto de tu imaginación. 

Quizá hasta ahora lo que tú creías oportunidades, era lo que en verdad era fruto de tu exacerbada imaginación, y no al revés. 

No quieres caer en la tentación de joder las cosas de nuevo. Dios Santo. Te sientes atraído hacia el fracaso por una falsa inseguridad. No. No estás inseguro. Estás temeroso. Sí. Miedo. Al final va a ser lo que es. Y no, no eres capaz en absoluto de pasarlo por alto. Bajo ningún concepto, porque vive contigo, duerme contigo, se ducha contigo, respira a la misma velocidad que tú. Ahora está ahí, y puedes verlo. Esperando a que cometas un error para reírse de forma exagerada y minarte. 

-…

No recuerdas su respuesta exacta. Quizá no tenía ninguna trascendencia. O quizá era demasiado perfecta como para que la encajaras bien, y tu cerebro directamente la obvió para ahorrarte el trago. ¿Sería capaz mi cerebro de algo así? Maldito hijo de puta.

Quédate con los detalles. En serio. Quédate con ellos. Da igual lo que signifiquen en realidad. Dales la interpretación que te salga, y llega a conclusiones que pueden no corresponderse con la realidad. Porque en el fondo, da igual. Esos detalles te están aproximando a un desenlace incierto. Hasta el último momento, vas a temblar, vas a liberar adrenalina en grandes cantidades, vas a sonreír yendo sólo en metro, vas a perder tu tiempo miserablemente. Todo por algo que… desconoces aún. Pero no te importa. Y no debería, porque el mejor momento, el más Perfecto, aunque te haya hecho vomitar miles de veces hasta llegar ahí, va a ser el previo a conocer el resultado de tus cábalas.

Respetar, es importante respetar. ¿Qué es respetar?

Me dan un poco de miedo las personas que no se sienten así en estos momentos. Porque no hacen más que calcular. Y se han olvidado de Sentir, y de vibrar. Y desperdician cada atisbo de casualidad que les brinda la única oportunidad que disponen para aprovecharlas, no disfrutándolas. 

Porque creo que es eso. Pura casualidad que esto pase.

Como es casualidad que esta historia tenga reflejo alguno en la realidad.

 

O igual no. Vete a saber.

_Nada

¿Notas como avanza la nada? ¿Lo notas? Ja ja ja…

Lo notas, pero no lo ves, porque no se puede ver, en efecto. Pero lo percibes. Cuando hablas con alguien. Cuando miras a alguien. Cuando intentas exponer una idea.

 

Lo sabes, pero no lo puedes demostrar, porque no se puede demostrar, en efecto. Pero lo tomas como cierto. Cuando tu dices A y los demás dicen B. Cuando no puedes evitar atravesar a la gente con los ojos. Cuando todo dios te mira con caras raras, casi de miedo. 

 

¿La oyes acercarse? Húndete en su obviedad o sigue hundido en tu mierda. Tú eliges. 

 

Yo creo que ya he elegido.

_Balance de Daños número 1

Nivel de resaca: Elevado. Probablemente debido a dormir 4 horas y prácticamente no dejar tiempo de sobriedad entre ayer y hoy. 

Daños físicos:

Quemaduras de cigarro en el dedo corazón de la mano izquierda, en el nudillo del dedo índice de la mano derecha (ambas autoinducidas, archivar como “sin explicación lógica aparente”), codo izquierdo, muslo derecho (?) y muñeca izquierda.

Moratones en el muslo derecho y en el gemelo derecho. Lo más seguro es que vayan apareciendo más a lo largo de la semana. Se comunicará a las autoridades pertinentes.

Mordiscos  en el antebrazo derecho (por la pinta parece de un espécimen humano hembra, de baja estatura y gran fuerza en las mandíbulas) y en el pezón derecho. Este último es especialmente doloroso, y por el gran tamaño de la herida, el atancante podría haber estado semidesnudo/a. Todo apunta a que era un ser humano hembra más alto que el anterior y con bastante mala ostia. Se percibe cierto ensañamiento totalmente inmerecido.

Rasponazo-raja con sangre seca en la comisura de la herida, en el antebrazo izquierdo. Tiene unos 6 centímetros de largo, y no tengo ni puta idea de cómo llegó ahí. Probablemente tengan algo que ver los sujetos mencionados previamente. Como arma, por decir un par de ejemplos estúpidos, se pudo haber usado un piolet-martillo o un limpiaventanas. 

En el antebrazo izquierdo tengo escrito: “La Náusea” Sartre. Comprar libro a la mayor brevedad posible. 

Daños psíquicos:

No me sale de los huevos hablar de esto ahora. 

Daños materiales: 

Aparte del evidente derroche de dinero, ayer el cajero se trago una tarjeta (caducada). 

Hechos graciosos/curiosos:

En un metro caben 700-800 personas. Misma hora, mismo tren, misma puerta mismo puto sitio. Qué gracia me hacen esas cosas. En mi huída me encuentro con un amigo de toda la vida, y una pava a la que probablemente no le gustaría nada si me conociera me dice que si puede hacer algo por mí que se lo diga, que si está en su mano lo hará. Afortunadamente a esas horas no puedo pensar demasiado rápido. Si no probablemente me hubiesen cruzado la cara. O no.

Ayer se rompieron unos 3 o 4 vasos de cristal y varias botellas de cerveza. Se volcaron unos 6 vasos de bebida. Uno de ellos fue arrancado de mis manos literalmente. Vendetta.

La unión hace la fuerza. Si te amenazan con rajarte con un cúter, sugiere al individuo en cuestión ir todos juntos a partir la cara a “esos de allí” (idea descartada por el propio delincuente).

Si alguien tiene algo que añadir-aportar-increpar, los comentarios están un poquito más abajo de esta línea.

_””

-A nadie le gusta perder el tiempo. 

-El tiempo, uah, qué abstracto, qué profundo…

-Qué gilipollas.

-Perdón, ya paro. 

-Como te decía, nadie quiere malgastar su tiempo. Aunque últimamente más bien estoy viendo que es una medida de autoprotección. Algo del estilo de “mira, majo, tengo otras 50 000 cosas que hacer, así que espabila, o jódete”. Realmente tu vida es una puta mierda si no es por esos momentos de miseria, pero qué más da, si no haces creer a los demás que tu vida es la ostia, no lo será.

-Curiosa perspectiva. ¿Eres anormal?

-Jódete, jódete, jódete. 

-A ver, que te lo digo a buenas. 

-Ah vale, entonces bien. Puedes echarme el humo a la cara también, pero eh, a buenas. Si no, paso. 

-Céntrate. El “tiempo” que has perdido. Por nada. Y para al final, nadie. La gente te mira raro si les olvidas, y lo mismo si no puedes olvidarles. Hemos llegado a un punto que ni Dios fué capaz de prever. Vamos a ponerle un nombre, venga, que estas cosas molan mucho. 

-Te sigo. “¿Permanencia fantasma?”.

-Me gusta, me gusta. Pero cúrratelo un poco más.

-“¿Observativismo social?”.

-Magnífico.

-Gracias. 

-A la gente en realidad ya no le importa que no les hables, ni al revés. En el mundo de la información inmediata, lo que queremos es no ser excluídos de “algo”, lo que sea, aunque ya no tomemos parte en ello, o aunque no nos interese lo más mínimo. Son meros observadores que sólo actuan en cuanto les afecta directamente. Además con relativa dureza. 

-Vale. Ya sabes lo que tienes que cambiar. 

-Sí.