2 de septiembre
Ayer volví de vacaciones. Volví a volver a las 5:30 de la mañana de casa de perogrullo a mi casa. Volví a cruzarme con gente que iba al trabajo, con bares abiertos llenos de croissants y cafés. Volví a ver amanecer borracho. Volví a escribir mensajes sin aparente sentido a la gente con la que estoy conectando últimamente.
Se acabaron las vacaciones. Cuando esto se publique, todos estaremos en otras ciudades, en otras casas, en otras camas. Veremos otros bares, otras caras. Nos daremos cuenta en otro contexto que podemos beber hasta matarnos sin darnos cuenta. Hablar sin darnos cuenta. Es un verdadero problema. Llega antes la intoxicación que el reflejo del vómito. Normal que resolvamos el mundo y al día siguiente no nos acordemos de absolutamente nada.
Se acabaron. Las. Vacaciones. Nadie las va a echar de menos, pero allí donde vamos, no tenemos tiempo para eso de todas maneras. Hoy empieza nuestra vida. Nuestra vida solos.
Solos de mentirijillas.
Hoy he cogido un vuelo a Heathrow. No sé si me lo han retrasado, porque estoy escribiendo 2 semanas antes. 2 semanas. 2 semanas para destruir Bilbao, reducirlo a cenizas, esnifarlo, exprimir cada gota directamente en mi garganta. Quizá las haya aprovechado. Quizá no. La única verdad es que ya no estoy allí.
Hello, London.
Info teaser:
El vuelo se retrasó 1 hora pero me venía incluso bien, ya que hasta las 7 hora local no había quedado con hatilloderetales (http://hatilloderetales.wordpress.com/) en Liverpool St. Al final fueron casi las 8.
Un viaje sin mayor problema.