Es de día pero el sol no pega en las puertas abiertas del pequeño balcón que se abre a la inmensidad de la ciudad. Tras una noche de desenfreno ridículo no estamos tan jodidos como deberíamos.
Sí estamos semi desnudos y suena con una calidad acojonante y por toda la casa The Space in Between, de How to Destroy Angels. Te levantas en ropa interior de la cama y descalza, y andas por el pasillo hasta la cocina. La cámara sigue tus pies desnudos mientras hacen “plic plic plic” por el parquet.
Yo me quedo mirando al cielo por el pequeño ángulo que me brinda mi posición, con un brazo colgando fuera de la cama y la cabeza al borde de la misma. Es muy leve el movimiento que tengo que hacer para fumar, y la brisa limpia enseguida el humo de cada calada. Oigo a lo lejos ruidos de vasos.
La brisa. Tus pasos. La ciudad.
Escrito en 3:35 segundos mientras de fondo sonaba la canción que se menciona.