En absoluto pienses que mi vida cambiará después de esto, simplemente te concederé el honor de figurar aquí como uno de esos descarriados individuos que cambió el agua por el vino hace tiempo, y que esa deshidratación constante del cerebor le proporciona una visión un tanto diferente a la del resto de la masa. Quizá tengas o tuvieras ideas brillantes, pero evidentemente, dejarían de tener sentido en cuanto el alcohol dejara de hacer su efecto.
Me molestaré en leer todo lo que escribí, pero probablemente poco más que echarme unas risas será el resultado. Porque de lo increíblemente docto, se pasa acto seguido a una estupidez profunda e irrecuperable. Es por ello que conviene tomar cuantas más cosas a la ligera mejor, ya que al final, todo es puro protocolo que hay que repetir de manera cíclica cada X tiempo, y nada más. Y con esto, no quiero decir otra cosa que que todo es efímero en su medida. Al menos viendolo en su conjunto. Luego por separado e individualmente ya nos jode más, pero al final casi podemos vislumbrar el resultado. Nada. Nada cambia. Menos cuando cambia.