Me he mordido las uñas de las manos
y de los pies
Me he arrancado los labios con las yemas
de los dedos
las yemas de mis ojos cansados
de mi nariz tapada
y de mi angustia perenne
por no oler tu olor
hasta dentro de un rato enterno
un ratillo
de nada
Me he mordido las uñas de las manos
y de los pies
Me he arrancado los labios con las yemas
de los dedos
las yemas de mis ojos cansados
de mi nariz tapada
y de mi angustia perenne
por no oler tu olor
hasta dentro de un rato enterno
un ratillo
de nada
Mi cerebro y yo no nos llevamos bien.
Sobre todo últimamente, nos estamos fallando mutuamente de forma continuada. Yo busco culpables, él segrega indistintamente hormonas. Aleatorias.
Yo bebo entre semana, él se pone entonces a buscar culpables y no dormimos ninguno de los dos en 3 días.
No hay manera de ponerse de acuerdo, son muchos años ya juntos, y siempre igual.
El Punto de No Retorno, quedó muy atrás.
Ninguno queremos ni podemos rectificar.
No nos llevamos bien, y punto.
Ya nadie se entera de cuándo hay eclipses.
Vamos a la zaga de nosotros mismos cuando no nos atrevemos a mirar más allá de lo que ven nuestros ojos.
Mirar, ver.
Mirar. Ver.
Se busca
Outsourcer de la opinión
Persona irresponsable y cínica requerida
Para poner trabas
en el trascurso normal de los días de la gente
que todavía tiene algo por lo que levantarle la mano
al contexto .
Indispensable apatía y una empatía débil y selectiva
Indispensable no es nadie .
No se hará contrato. Se esperará un pago en reproches
Que demuestren su valía como Outsourcer .
Indispensable conocimientos de absolutamente todo, y habilidades precognitivas
Pero indispensable no es nadie.
Valorado carnet de conducir y coche propio, en el que llevar
egos dolidos hasta el mismo fin del mundo .
O hasta la rotonda de la esquina para Siempre .
Llamar por las noches, que es
sin duda cuando más bebo
y más sobrio es todo .
Hay un árbol
Que pasa junto a un río
Que simplemente permanece
Porque es mejor que corra el árbol
Y no él
Porque para qué.
Hay una roca que arrulla al viento
porque para qué
Si huele a cerrado
y no hay árbol que de sombra
Y por último
hay un muchacho
Que viaja
con los pies bajo el río
con el agua sobre todo lo demás
Y lo hace sin moverse
porqué todo se mueve muy deprisa
Y viaja a donde quiere estar
Que es a unos 1500 kilómetros
si es que puedes nadar durante días
y a un poco más si es que no puedes nadar durante días
o lo que sea
Y le da igual lo raro o absurdo que sea todo
o lo lejos que esté Ella
porque él
sobre todo
Viaja hasta su Cuello
y hasta su Abrazo
.
A veces olvidas lo normales y sanas que pueden ser las cosas que te rodean.
Te alabamos Señor.
Olvidas que tras toda la locura, hay un halo de cordura.
Te alabamos Señor.
Dejas de lado la conspiranoia por un momento, y todo parece seguir funcionando correctamente, sin trampas.
Te alabamos Señor.
Lo que dices y oyes es lo que dices y oyes, y no lo que piensas ni piensan.
Sólo lo que dices y oyes.
Te alabamos Señor.
Las situaciones extrañas y curiosas, son fruto de la casualidad.
Te alabamos Señor.
Las piedras en el camino, están ahí por naturaleza.
Nadie las pone ex profeso.
Te alabamos Señor.
Te alabamos, óyenos.
No me gustan
los suelos de azulejo.
Bajo los pies descalzos de alguien desnudo, apremian a la huída
como el polvo que se mete donde no le llaman
y provoca un estornudo.
El ruido que haces descalza, andando
sobre el azulejo,
Es Odioso.
Me hace sentir como si fueses a irte corriendo a cualquier otro sitio
liviana
dejando solo el vaho de las pisadas como un recuerdo
que duele una y otra vez
al mirarlo.
Y por más que lo intento
no puedo evitar escuchar
– y extrañar -, esos pisos de madera
que crujen siempre bajo los mismos pies
y en los mismos sitios,
retumbando
en mi cabeza.
Matarte es lo más cercano que debe sentir una madre que mata a su hijo enfermo de cáncer.
Notas como mejora un poco tu conciencia, por así decirlo.
Pero sigue siendo tu hijo.
Matarte es como predicar con calor a los sedientos.
Como robarle a un pobre, pero a la vez como violar a una puta.
Matarte es matarme, al menos por un tiempo, pero en parte para siempre.
Matarte es darle al botón de reset de esta parte de mi vida, y es una putada de las grandes.
También es como matar al que lo pide.
No deja de ser un delito, pero pensándolo bien, se huele la justicia también.
Menuda putada es matarte.
Y menudo alivio.