_De lado

Ladeo la cabeza lentamente, una y otra vez. Buscando una perspectiva adecuada. La siguiente vez que consiga despertar a mi cerebor segregando adrenalina, llevaré 10 minutos con los ojos abiertos, mirando fíjamente, ignorando la sequedad que se habrá hecho patente sin duda en ellos, y emitiendo pequeños ruiditos de succión en un vano intento por recoger la baba que resbale por la comisura de mis labios hasta mi barbilla.

Un granulado de colores rojizos y vivos, realmente vivos, con esencia propia, va haciendo acto de presencia en mis retinas. Como cuando me quito las gafas y miro las farolas de la autopista, de noche, mientras fumo a hurtadillas en mi ventana. Ese intento de centrar la luz, que se convierte en un cambio de zoom violento y casi puedo oir mi propia vista tratando de no ser defectuosa.

Me muestran una realidad lejana, pero algo muy dentro colapsa en una explosión de hormonas, y acerca todo. Hasta mi cuarto. Hasta el corcho. Hasta estos 3 fragmentos de realidad congelados hace ya tiempo, y de los que disfruto de veras cada día, babeando, ojiabierto. Estupefacto. Maravillado.

No hace falta que oiga nada para saber que suena Earshot a todo volumen en mi cráneo, y apaga cualquier otro sonido que venga con la intención de interrumpir. Como cuando en las películas se sube el volumen de la banda sonora en el preciso instante en que el tipo no-tan-duro besa a la chica no-tan-tonta. Y entonces las 200 personas allí presentes, sonríen al unísono, y poco después, solas en sus cabezas, se dan cuenta de que nunca nadie va a subir la música si no lo hacemos nosotros mismos.

Como en este preciso instante.

Y mientras esto ocurre, recuerdo todos esos momentos que te rememoran las canciones que premeditada pero inconscientemente significan algo para nosotros. Y vuelvo en mí.

No se cuanto tiempo lleva parpadeando el estéreo. No se para que nos preocupamos tanto por el tiempo.

_Legañas

Me levanto para ir al baño aún de madrugada. Algo pasa. Algún ruido ya casi olvidado pugna por entrar a traves de la persiana, pero en mi cuarto estoy demasiado dormido como para darle importancia.

Ya en el baño, me doy cuenta de que está lloviendo. 20 días sin llover, y por fin una alfombra perlada de gotas de lluvia cubre el asfalto, las aceras, el césped… Sonrío, somnoliento.

De vuelta a la cama, me doy cuenta de lo que había estado soñando hasta el momento antes ( creo ) de despertarme. Eras tu. De nuevo. Sólo cuando duermo puedo hacer magia dentro de mi cabeza, acercar lo que quiero, y alejar lo que aborrezco, y ser… ¿ feliz ? ¿ Hasta que suene el despertador, por ejemplo ? Pero bueno…

Horas después, remoloneando en la cama… fuera está gris, necesito algo que me lo diga sin enseñármelo. Un cd de Nirvana comienza a sonar, y con toda mi espalda parapetada de cojines y almohadas, recostado en una cómoda postura y alumbrado por una tenue y amarillenta luz, sostengo un libro entre mis manos sin hacerle demasiado caso.

Estoy así unas 4 canciones… ( rape me… ) y después, empiezo a oir la gente que se levanta, y digo, pues yo también…

Y de golpe se hace de día.

_Dando las luces

El cielo a lo lejos mostraba un degradado de color, desde el negro impecablemente contaminado de la noche hasta la anunciada claridad de una mañana helada. Me viene a la cabeza la portada de un cd de Hedtrip. Es exactamente el mismo color, y las farolas de la larga calle que tengo que recorrer le otorgan a todo un aspecto más de fotografía ficticia que de realidad inevitable.

Me cruzo con la gente conocida, hola, qué tal hoy, les digo sin pensar, mentalmente, realmente siendo ajeno a ello. Os veo a diario, y mi adormilada cabeza seguro que por un instante trata de lanzar a mi mente contra vosotros, en un intento desesperado por saber qué haceis en la vida, quienes sois. Demasiados sueñines aún para ese tipo de lanzamientos, siempre acaban en agua de borrajas.

Cuando las aceras eran estrechitas y oscuras, y caminar por la esquina realmente significaba algo, me sentía mucho mejor. Cuando está oscuro, la luz me da pereza. Como cuando salgo de casa y no enciendo la luz de la escalera. Y me quedo ahí, iluminado tenuemente por la lucecita del botón del ascensor, escuchando el murmullo de un edificio que empieza a cobrar vida. Por ello no me gusta la calle ahora. Anchas aceras, suciedad lumínica por doquier. Exposición a cualquier mirada. Hay un tramo en especial, que esta infestado de farolas. Una exageración. La noche no existe para esas baldosas, árboles, y bocas de incendio desgastadas por los años, que no perdonan.

Y cuando llego al final de la calle, ya no se ve el cielo Hedtrip, porque el edificio del final no lo permite, pero 20 segundos después, subo una calle empinada, y… Ya es muy de día, y veo la ciudad, y ya está prácticamente despierta. Las personas como hormiguitas copan los autobuses que rugen al arrancar.

El pasadizo… un lugar que, aunque ya lo haya hecho alguna vez, quiero volver a fotografiar. Me da pena pensar que lo vayan a quitar… no significa nada, pero me da pena. Continuamente maltratado con pintadas que no aportan nada, y miles de carteles inservibles. Me gustaria pintarlo completamente de negro, o completamente de blanco, incluso el suelo, o a rayas, o a cuadros, o como si fuera un cielo estrellado con pintura fluorescente, para cuando una de las veces en que no funcionan las enfermizas fluorescentes que alumbran lo que pueden, la magia se apoderara de esos segundos que se tarda en atravesarlo. Y cuando el punki de la guitarra se tira horas tocando allí… aunque el no lo sepa, apago mi mp3 cada vez que entro, para oírle fugazmente.