Hoy he soñado que se me pudrían los dientes y se caían. Pensaba en ponerme fundas antes de irme fuera definitivamente.
Después llegaba a casa, que no era la mía pero mis padres estaban en ella, y según entraba a mi cuarto me ponía a llorar sobre la cama.
Hablo y negocio convertir mi vida en una prolongación de la misma más intensa y complicada, pero no diferente.
Y eso no es lo que quiero. No.
El último gran fuego. Eso es lo que de verdad anhelo.