Llamadme loco o paranoico. O lo que sea.
Pero he tirado un pebetero a tomar por culo mientras la policía y la gente me aplaudía. Y yo me pregunto: quién quiere que esté eso ahí, si todos me aplauden.
Y he visto dos coches idénticos, aparcados juntos, totalmente blindados. Y he tenido la suerte de correr y correr, mientras los disparos empezaban a sonar tras de mí.
Y Charles Manson me ha ofrecido tabaco y lo he aceptado. También me ha dicho, sonriendo, que hay que dar de comer a todo el mundo. Le he sonreído y me he largado de allí.
Tan feliz como he podido.