Una calle abarrotada de gente y yo mirando con cara de indiferencia a tus ojos de enamorada.
Se para el tiempo. Menos tú y yo.
-Hola. Y bienvenida.
-Joder, ¿me han vuelto a echar ketamina en la bebida?
-Tranquila, esto no es más que un puto sueño, una farsa. Algo que nunca va a convertirse en realidad. Eso mismo, un sueño.
-Wow.
-¿Qué nos pasa? Quiero decir, me encanta este juego ¿sabes?, pero todo tiene un límite. Te miro, me miras, te ríes, sonrío y aparto la mirada como alguien que sabe lo que va a pasar, pero no deja de ser una puta cara que he practicado 50000 veces en, a su vez, mis sueños.
-¿Porqué no lo puedes simplemente dejar fluir?
-Si, si, si es que es lo que siempre hago. Lo dejo fluir. Lo dejo fluir, y veo que todo fluye hacia otro lado, que no es ya el contrario a lo que me gustaría, si no que es el Absurdo Más Completo que te puedas imaginar. Una locura, no sé ni lo que estoy diciendo.
-Ya veo, ya… ¿Y qué es lo que quieres?
-Buena pregunta. Seguidamente voy a beberme de golpe esta copa, con el único objetivo de crear una barrera entre la pregunta que acabas de hacerme (que me ha jodido vivo) y mi probablemente absurda respuesta. O mejor, voy a lanzar la copa a tomar por culo, porque acabas de poner en evidencia que no tengo ni puta idea de lo que quiero. Joder.
Me pasa la mano lentamente por el cuello y se acerca a mi cara. Me mira a un palmo de distancia.
-………………………….. . ……………………. . …………… . ……………… . ……………….
Sus ojos me hablan de momentos mucho mejores. Está controlando su propio sueño. Está creando un momento perfecto. Me besa en los labios y noto como esos retales de piel seca que crean el frío y el alcohol me raspan con una delicadeza exquisita, elevándome por las nubes.
Y entonces todo comienza a bullir otra vez.