Poco a poco te conviertes en tu antítesis. La negación de todo lo que hasta ahora se suponía que tenías que representar por naturaleza. Todo aquello, no es más que un borrón lejano en la memoria. Pagaré por ser feliz, hasta conseguir no apreciar en absoluto lo que significa la felicidad. Follaré hasta que sudar pegado a otro ser humano sólamente esté a un cigarrillo de distancia. Compraré hasta que no quede nada por comprar. Beberé hasta reducir su significado simplemente a eso. Consumiré información hasta que el verdadero poder resida en ser ignorante. Confiaré hasta que no pueda levantarme más, y solo entonces, odiaré a mi prójimo. Encarcelaré a individuos hasta que la verdadera cárcel sea permanecer en el exterior. Violaré, blasfemaré, insultaré, faltaré al respeto, mataré, profanaré, hasta que sea un ejemplo de buen comportamiento social. Deshecharé hasta que la única opción sea una bala y un revólver. No compartiré con nadie, hasta que no tenga a nadie con quien compartir. Reiré mientras sea yo el que tiene el arma, y no tú.
Seré un ser humano más, hasta que no necesite a nadie para nada. Hasta que pueda suplir las sensaciones que el resto de individuos causan en mí con distintas pastillas o acciones.
No está tan lejos. Pese a que no deje de ser demagogia despreciable.
Inquietante. Muy inquietante.
De hecho está demasiado cerca. Andamos pegados a un comportamiento deleznable.
Pisar limites.
besos y abrazos.