– De todas formas, también me gustaría ir a visitar a la camarera del [REDACTED] o como demonios se llamara aquello.
– Cada día está más buena. ¡Es de locura…!
– Joder, que estoy en el trabajo, tío. ¿Ya has hablado con ella alguna vez? Debería sobrarte con tus dotes intelectuales y sociales para dar cuenta de los babosos y poder ser tú el Baboso Principal. Piensa en multi-tasking. Y en Krav Maga.
– Sólo una vez. Nos quedamos hasta cerrar el bar ya que haciendo uso de mis dotes intelectuales me pillé un katxi 5 minutos antes de que quitaran la música. Así que me dejaron terminarlo mientras limpiaban.
– ¿Y bien?
– Es muy maja y muy tímida, lo que me dejó descolocado.
– ¿En serio? No parece.
– Mientras sirve, te ríe las gracias, o te manda a la mierda. Saca molla la tía.
– Igual se vio desprotegida sin la música. O igual le follaste el cerebro.
– No sé, no creo. Después vino su novio.
– De ese me encargaré yo, no te preocupes.
– Bueno, su novio .Su colega, su idiota. Las diosas no tienen novios. Tienen esclavos.
– Pero… ¿ella es buena persona? ¿O mala?
– Eso no importa.
– ¿Cómo que no importa? Eso es el 100%. Lo único importante.
– Es como las diosas Bactrianas, que si tenían sexo quemaban a los hombres, por enamorados que estuvieran ambos.
Pausa.
– Las diosas no son mi liga, lo sé. Pero si lo fueran, no tendría miedo. Sólo hay que tener miedo a uno mismo.
– El miedo te mantiene vivo.
– No. El miedo te mantiene alerta. Estar alerta constantemente no es estar vivo: Es estar pendiente de algo que igual nunca llega. Prepararse para lo inescrutable sin motivo o razonamiento alguno, “por si acaso”, prepararse para la noche del baile de fin de curso y descubrir que no hay parejas. Estás sólo. Eres la reina del baile por descarte.
– Madre mía. Me has tirado de la silla. Voy a por café…