A los que me felicitan y a los que doy asco sólo puedo decirles la misma cosa, que no es ni humildad ni excusa, si no la verdad:
Escribo de oído. Y ya está.
A los que me felicitan y a los que doy asco sólo puedo decirles la misma cosa, que no es ni humildad ni excusa, si no la verdad:
Escribo de oído. Y ya está.