Lo primero que hago al conocer a una mujer es combinar sus apellidos con los míos.
Después, destruyo todo y me pego un tiro en la cabeza. Es de manual. Y aún así, no se puede evitar.
Hasta ahora, al menos.
Lo primero que hago al conocer a una mujer es combinar sus apellidos con los míos.
Después, destruyo todo y me pego un tiro en la cabeza. Es de manual. Y aún así, no se puede evitar.
Hasta ahora, al menos.