Huele a Issey Miyake usada exageradamente sobre cuerpos sudados que abusan de la cafeína y del etanol, y del speed y otras drogas, y huele a Sidonie cubiertos de farlopa en el backstage del sitio de siempre, mientras se toman la última, que como la anterior, no lo es, y huele a toda esa puta mierda que nos dijimos, y a coches robados y faltos de gasolina, a asientos reclinables y a copas gratis a cambio de sexo, y a las camisetas que me compré, y a banda ancha, y a tecnología punta que acaba con todo tipo de esperanza, y probablemente huele también a genitales, y a vino, y a gato, y a grasa, y a mentiras, y a gasolina, y a gilipollas.
Sobre todo a gilipollas.
Sobre todo a que ahora puede que sea mejor o peor, pero al menos, es diferente.
Diferente, otra dirección en el mismo plano, pero con distinto punto final.
russian russian….
Aquí huele a sexo, sexo viejo.
Y a pizza. Y a jabón de manos siendo utilizado como fairi.
Yo no huelo nada.
Tienes la nariz tapada por una bola de mocos.
Pingback: _THREE « No son horas . . .