Mierda de filósofos prescindibles.
Quiero hacer ahora todas las cosas que se me ocurren para escaquearme de lo que debería estar haciendo, esas cosas que después no sabré cuales eran y me aburriré soberanamente, pero no puedo hacerlas, porque no debo, y porque debo hacer otras cosas.
Maldición mil veces y otras mil más.
Oh, joder, esta semana intuyo que se van a secar los bares.
Siempre que estoy de exámenes se me ocurren ideas geniales con las que hacerme rico. Hasta dedico tiempo para hacer una pequeña investigación al respecto.
Y después de los “unacañaynosvamos” y los “penséquenuncaentraría” veo esas ideas y no me parecen tan buenas. De hecho, casi siempre me parecen una puta mierda.
Agh. Voy a seguir con la pequeña investigación al respecto.
Cuídate.
Ya me dirás cuando acabas. Eso o voy a por tí y te traigo por las orejas.