No estoy convencido
De que esto sea tortura para ti.
Te quejas, si
Te lamentas, también.
Pero hay resignación en tus palabras
Has estado aquí antes
Como yo.
Entonces, por qué me envuelves con más hilo aún
En esta madeja añeja?
Le has dado la vuelta a la ecuación
Una vez más.
No es por nombre que triunfas
Si no porque te dejo yo ganar
Me expongo a tu mierda sin rechistar
Apelas en silencio a mi más absoluta dedicación durante días
Y después, sin previo aviso
Te abres el pecho en canal y en ese momento
Sé, no que ganas, ahí erré
Si no que ambos perdemos.
Se me cierran los ojos, cada vez más
Eres mi reflejo, y es algo inaudito – el horror que siento ante mi antiguo Yo
Cuánto he cambiado.
No hace tanto me hubiese inmolado sin ningún tipo de reparo
Contra tu cuello, tus orejas, tus manos. Tu mente.
Ahora, en cambio
Sostengo el salvavidas que quizá te haga flotar o quizá rechaces, orgullosa
Y pienso qué gano yo en todo esto si te lo lanzo
Y si no sería mejor que te ahogaras
De mentirijillas
Para entonces yo si ganar
A la vez que recojo el trofeo de los perdedores:
La razón.