“… le arrancarías la cabeza sin dudarlo. Harta de que te hable como alguien que ya ha hecho todo lo que tenía que hacer en la vida, como alguien cuyos continuos errores y salidas de tono deben de ser ignoradas, porque ahora sólo vive para dar indicaciones a los demás. Únicamente para deleitarse viendo sus deseos de mierda cumplidos a corto plazo, y quejándose de que no se le escucha pese cuando la verdad es que nunca deja hablar, ni pensar, ni llegar a una conclusón, ni tomar una decisión…”
No te mueras diciembre. ¿No ves que después viene enero? Y nos embriagará con su frío para jodernos mientras durmamos.